Ella, con sus ojos verdes, con sus bochechas, con su piercing en la nariz, con su cara de rancia cuando no escucha algo que le hace gracia, con sus tonterías más graciosas.
Ella, con sus idioteces, con su piés, sus manos y su blackberry.
Ella, con sus manías, sus defectos, sus virtudes y todo ese remolino que crea en cada paso que da.
Ella, que aunque sea sencilla, sencilla a su lado es la palabra más bonita del mundo
.
Porque cuando ella dice algo, o se ríe, el mundo tiembla. Al menos mi mundo tiembla.
No me hablen de paisajes si no han visto su sonrisa.
Porque cuando pasa debajo del cielo, solo el tonto mira el cielo.
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